Mejillones en salsa de tomate

Las almejas en salsa roja son sin duda una delicia, que nos complace en cualquier momento y cualquier día. Las almejas dulces se cocinan en una salsa rica, sabrosa y ligeramente picante a base de tomate, que pide que la acompañemos con un poco de pan crujiente hecho en casa. Este sencillo plato rebosa de sabor y constituye una deliciosa comida por sí solo, o el entrante perfecto para un elegante plato principal.

Las almejas en salsa roja es un plato por el que siempre me inclino cuando lo veo en el menú de un restaurante. Es sencillo pero elevado, y puedo disfrutar fácilmente de un cuenco entero con una generosa porción de pan de masa madre al lado (o cualquier tipo de pan en realidad, siempre que no se desperdicie ni una sola gota de esa salsa roja).

Por suerte, las almejas en salsa roja (también conocidas como almejas a la marinera) son un plato fácil de preparar en casa y, además, a un precio mucho menor. Unos pocos ingredientes básicos se unen para la salsa roja, y las almejas infunden su propio sabor distinguible que distingue a este plato.

En primer lugar, ¿de qué está hecha la salsa roja? ¿Y cuál es la diferencia entre la salsa de almejas roja y la blanca? La salsa roja está basada en el tomate y se suele hacer con pasta de tomate o tomates (frescos o en conserva), o ambos. La salsa de almejas blanca se basa más en las propias almejas (en muchas recetas se utiliza jugo de almeja) junto con otros aromas y hierbas.

Auténtica salsa italiana de almejas rojas

Una de mis comidas reconfortantes favoritas es un gran plato de mejillones con pan crujiente. Si nunca has probado los mejillones, son como las almejas o las ostras y tienen un sabor salado y una textura firme, pero cremosa. Sin embargo, a diferencia de las almejas o las ostras, nunca he comido mejillones crudos y los prefiero en una salsa rica.

Por ejemplo, esta salsa de tomate con bacon y vino. Este es uno de esos platos que sólo se puede pedir en un restaurante, pero que en realidad se puede hacer en la cocina de casa. Vamos a preparar unos mejillones.

Los mejillones frescos son fáciles de conseguir hoy en día, pero es importante comprobar su frescura. Los mejillones frescos deben estar vivos; sus conchas deben estar cerradas, o si están ligeramente abiertas, deben cerrarse si se les da un ligero golpe.

El único paso que hay que hacer para limpiar los mejillones es quitarles la “barba”. Se trata de una pieza diminuta, casi peluda, que sobresale del costado de cada mejillón: es la forma en que se adhieren a las rocas. No es comestible. (En la foto de arriba se puede ver cómo sobresale del lado derecho del mejillón).

Mejillones y almejas en salsa roja

Las almejas en salsa roja son sin duda una delicia, que nos complace en cualquier momento y cualquier día. Las almejas dulces se cocinan en una salsa rica, sabrosa y ligeramente picante a base de tomate, que pide que la acompañemos con un poco de pan crujiente hecho en casa. Este sencillo plato rebosa de sabor y constituye una deliciosa comida por sí solo, o el entrante perfecto para un elegante plato principal.

Las almejas en salsa roja es un plato por el que siempre me inclino cuando lo veo en el menú de un restaurante. Es sencillo pero elevado, y puedo disfrutar fácilmente de un cuenco entero con una generosa porción de pan de masa madre al lado (o cualquier tipo de pan en realidad, siempre que no se desperdicie ni una sola gota de esa salsa roja).

Por suerte, las almejas en salsa roja (también conocidas como almejas a la marinera) son un plato fácil de preparar en casa y, además, a un precio mucho menor. Unos pocos ingredientes básicos se unen para la salsa roja, y las almejas infunden su propio sabor distinguible que distingue a este plato.

En primer lugar, ¿de qué está hecha la salsa roja? ¿Y cuál es la diferencia entre la salsa de almejas roja y la blanca? La salsa roja está basada en el tomate y se suele hacer con pasta de tomate o tomates (frescos o en conserva), o ambos. La salsa de almejas blanca se basa más en las propias almejas (en muchas recetas se utiliza jugo de almeja) junto con otros aromas y hierbas.

Cocinar almejas en salsa de tomate

Una de mis comidas reconfortantes favoritas es un gran plato de mejillones con pan crujiente. Si nunca has probado los mejillones, son como las almejas o las ostras y tienen un sabor salado y una textura firme, pero cremosa. Sin embargo, a diferencia de las almejas o las ostras, nunca he comido mejillones crudos y los prefiero en una salsa rica.

Por ejemplo, esta salsa de tomate con bacon y vino. Este es uno de esos platos que sólo se puede pedir en un restaurante, pero que en realidad se puede hacer en la cocina de casa. Vamos a preparar unos mejillones.

Los mejillones frescos son fáciles de conseguir hoy en día, pero es importante comprobar su frescura. Los mejillones frescos deben estar vivos; sus conchas deben estar cerradas, o si están ligeramente abiertas, deben cerrarse si se les da un ligero golpe.

El único paso que hay que hacer para limpiar los mejillones es quitarles la “barba”. Se trata de una pieza diminuta, casi peluda, que sobresale del costado de cada mejillón: es la forma en que se adhieren a las rocas. No es comestible. (En la foto de arriba se puede ver cómo sobresale del lado derecho del mejillón).