Nada hay bajo el sol que no tenga solucion letra
Laudato si’libro del papa francisco
1. «LAUDATO SI’, mi’ Signore» – «Alabado seas, Señor mío». En las palabras de este hermoso cántico, San Francisco de Asís nos recuerda que nuestra casa común es como una hermana con la que compartimos nuestra vida y una hermosa madre que abre sus brazos para abrazarnos. «Alabado seas, Señor mío, por medio de nuestra hermana, la Madre Tierra, que nos sostiene y gobierna, y que produce diversos frutos con flores y hierbas de colores»[1].
2. Esta hermana nos grita ahora por el daño que le hemos infligido con nuestro uso y abuso irresponsable de los bienes con los que Dios la ha dotado. Hemos llegado a considerarnos sus amos y señores, con derecho a saquearla a voluntad. La violencia presente en nuestros corazones, heridos por el pecado, se refleja también en los síntomas de enfermedad que se manifiestan en el suelo, en el agua, en el aire y en todas las formas de vida. Por eso, la propia tierra, agobiada y asolada, se encuentra entre los más abandonados y maltratados de nuestros pobres; «gime con dolores de parto» (Rm 8,22). Hemos olvidado que nosotros mismos somos polvo de la tierra (cf. Gn 2,7); nuestros propios cuerpos están formados por sus elementos, respiramos su aire y recibimos vida y refresco de sus aguas.
El papa francisco eleva las cuestiones medioambientales a preocupaciones morales y _________.
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Reconociendo el valor de la reflexión constante sobre la Palabra de Dios para reenfocar la mente y el corazón en Cristo y su Evangelio de paz, ofrecemos varios planes de lectura diseñados para cubrir toda la Biblia en un año.
Algunos estudiantes de la Biblia creen que el sol comenzó en el primer día pero no se completó hasta el cuarto. La idea detrás de este punto de vista es que la creación de Dios fue un proceso. El problema con este punto de vista es que no hay evidencia que indique que esto fue lo que sucedió. En el relato del Génesis no hay ninguna indicación de un proceso de creación que se superpusiera a los días.
Wikipedia
Sobre el Génesis : Dos libros sobre el Génesis contra los maniqueos ; y, Sobre la interpretación literal del Génesis, un libro inacabado / por Agustín, San, Obispo de Hipona. Publicado en 1990 Número de llamada: BR61 .F38 v. 84 1991 Ubicado: Falvey West – Planta Baja
San Agustín realizó cuatro esfuerzos distintos para ofrecer una interpretación clara y coherente del primer capítulo del Génesis. Después de haber sugerido una interpretación alegórica en su obra Sobre el Génesis contra los maniqueos (389 d.C.), 1 y de haber hecho un intento insatisfactorio de interpretación literal en su Carta del Génesis, libro inacabado, escrita en el 393 d.C. pero publicada con algunas revisiones sólo en el año 426 como un útil indicador de sus primeros esfuerzos, 2 más tarde expresó sus opiniones con mayor amplitud en su nueva empresa La Carta del Génesis (401-415 d.C.), 3 y las resumió con algunas modificaciones en La Ciudad de Dios (413-427 d.C.). 4
En la Carta del Génesis había explicado que aquí, como en Gn 2,4, las palabras cielo y tierra significan toda la creación, 10 entendiendo por cielo en este versículo, no el cielo físico del espacio exterior, sino el cielo incorpóreo de los espíritus angélicos, que están situados por encima de los cielos corporales, no por una ubicación más elevada en el espacio, sino por la sublimidad de la naturaleza. 11 Así, la palabra cielo en este verso la tomó para significar los ángeles, completamente formados en su naturaleza, mientras que la tierra significa «la incompletud invisible, no estructurada y abismalmente oscura de la masa corporal de la que debían proceder las cosas existentes en el tiempo». 12
El cuidado de nuestra casa común
He empezado esta carta cinco veces y la he roto cinco veces. Sigo viendo tu rostro, que es también el de tu padre y el de mi hermano. Os conozco a los dos de toda la vida y he llevado a tu padre en brazos y sobre mis hombros, le he besado y azotado y le he visto aprender a caminar. No sé si has conocido a alguien desde tan atrás, si has amado a alguien tanto tiempo, primero como un bebé, luego como un niño, luego como un hombre. Adquieres una extraña perspectiva del tiempo y del dolor y el esfuerzo humanos.
Los demás no pueden ver lo que yo veo cada vez que miro el rostro de tu padre, porque detrás del rostro de tu padre, tal como es hoy, están todos esos otros rostros que fueron suyos. Déjalo reír y veo una bodega que tu padre no recuerda y una casa que no recuerda y oigo en su risa actual su risa de niño. Que maldiga y recuerdo su caída por los escalones del sótano y sus aullidos y recuerdo con dolor sus lágrimas que mi mano o la de tu abuela enjugaban tan fácilmente, pero ninguna mano puede enjugar esas lágrimas que hoy derrama invisiblemente y que se oyen en su risa y en su discurso y en sus canciones.